martes, 29 de mayo de 2012

Nada más


Nada más que nacer,

y robar un eterno segundo 

a ese tiempo que se queda sin tiempo.

Nada más que llorar,

para colmar el infinito vacío

en este espacio sin espacios.
 

Nada más que sonreír

y que el bostezo de tu alma

desenlace los nudos de las sombras.

Nada más que susurrar

y que tu voz sea el as absoluto

para jugar otra mano con la ausencia.


Nada más que caminar

para  distraer al eterno peregrino

y desvanecer sus huellas por un instante.

Nada más que soñar

para que la noche se inunde

y absorba la obstinación del mundo.



Nada más que crecer,

para que se rebelen los defectos

y se rindan las virtudes.

Nada más que olvidar

para que la desolación resuene

en una constelación insonora.



Nada más que contornos.

Nada más que formas

sin aristas,

sin límites

sin intersecciones.

Nada más que uno.

Nada más.

Nada.

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